El dolor de la fibromialgia es muy extenso y difícil de superar, pero a veces son estas pequeñas
áreas las que traen la mayoría de las molestias.
El punto doloroso se puede sentir como un nódulo o banda en el músculo y se obtiene una
respuesta espasmódica estimulando el punto gatillo.
La palpación del punto gatillo reproduce el dolor y éste se irradia a través del
músculo donde está ubicado.
Aunque el dolor parezca inevitable en la fibromialgia, hay maneras de aliviar el dolor de los puntos gatillo.
Vale la pena probar tratar estos puntos problemáticos:
La investigación muestra que aliviar el dolor de un punto sensible, puede tener un efecto notable y duradero en el dolor de todo el cuerpo. Veremos las técnicas más eficaces para aliviar los puntos gatillo para poder tratarlos rápidamente. Estos puntos están repartidos por el cuello, el pecho, las caderas y las extremidades, cada uno es del tamaño de una moneda, con sólo pulsar el punto, el dolor puede ser difícil de soportar. Los criterios originales para el diagnóstico de fibromialgia fueron que el paciente debe experimentar dolor en al menos 11 de los 18 puntos sensibles (aunque los enfoques diagnósticos han cambiado desde entonces). Muchos puntos que desencadenan el dolor de la fibromialgia se corresponden con los puntos sensibles en el cuerpo, son nódulos firmes en el músculo generalmente tenso. Si presionamos dicho nódulo, el dolor aparece de forma intensa en el mismo punto, pero si éste está muy sensible, puede que el dolor se reproduzca en un lugar distante (dolor referido). También se puede producir un espasmo o contracción cuando se realiza la presión en la zona. Este fenómeno se llama respuesta de espasmo local y es un indicador también de que el punto está muy activo.
¿Cómo aliviar el dolor en los puntos gatillo?
Este dolor provoca debilidad, pesadez, cansancio y generando disfunciones del sistema musculoesquelético como dolores de espalda, hombro, rodilla, cefaleas, etc.
Los enfoques para calmar tanto el dolor agudo, como las molestias a largo plazo, incluyen:
⦁ Masaje Terapéutico
El tratamiento de los puntos gatillo se puede abordar con diferentes técnicas de fisioterapia. Existen técnicas basadas en la terapia manual como la presión de los puntos gatillo, amasamiento del músculo a través de la masoterapia profunda y estiramientos. Aunque podemos aprender a administrar la presión adecuada en nuestro propio cuerpo, seguramente obtendremos mejores beneficios de un terapeuta licenciado. El terapeuta será capaz de trabajar los puntos con la presión correcta.
⦁ Los tratamientos térmicos.
El calor funciona de maravillas en el dolor muscular, lo que puede ayudar con la fibromialgia y los puntos gatillo. Pruebe con un baño caliente en la noche, usar una compresa caliente o aplicar parafina derretida (con la guía de un terapeuta o médico) para un efecto extra de calentamiento.
⦁ La Medicación Tópica
La medicación oral fuerte suele producir efectos secundarios, pero la crema tópica puede traer alivio con menos inconvenientes, especialmente si el dolor rodea las articulaciones. Pregúntele a su médico sobre las mejores opciones para su situación y también si le conviene utilizarlos en combinación con un analgésico oral y así mejorar el efecto. La fibromialgia y el síndrome de dolor miofascial se pueden confundir, dado que los síntomas y efectos son similares, si el médico sospecha que puede sufrir de ambas condiciones, es posible que necesite un plan de atención más completo.
Punción seca, acupuntura y spray con estiramientos.
Para que un fisioterapeuta pueda realizar la técnica de punción seca tiene que estar formado y registrado en el colegio de fisioterapeutas. La técnica de punción seca se focaliza en tratar de ‘desactivar’ los síntomas que el punto gatillo está generando, para conseguir así la relajación refleja de dicho músculo. Lograrlo implica aplicar esta técnica que puede ser levemente dolorosa en el momento (Aureum).
En cuanto a la acupuntura, el terapeuta mediante una valoración previa, determinará qué canal está en desequilibrio y en qué puntos trabajar. Las agujas que se utilizan son muy finas, no inyectan ningún tipo de sustancia y los puntos normalmente están a nivel superficial. Existe evidencia clínica de los efectos beneficiosos de la técnica de espray con estiramiento en pacientes con síndrome de dolor miofascial y dolor en los puntos gatillo (nódulos).
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