Los ejercicios aeróbicos de bajo impacto, como la caminata rápida, andar
en bicicleta o nadar, parecen ser los que más ayudan a las personas
con fibromialgia. Realizar ejercicio en piscina para la fibromialgia, tiene un
efecto relajante, tanto por la estimulación (térmica y presión del agua) que
produce en nuestros receptores sensoriales y por la disminución del efecto de
la fuerza de gravedad en el cuerpo.
Se realizó un estudio en el que participaron 72 mujeres pertenecientes a la Asociación de Fibromialgia de Jaénque, se les realizó una evaluación física y las dividieron en dos grupos, uno de los grupos realizaría durante cuatro meses un programa de actividades físicas, mientras que a las mujeres del otro grupo sólo se les dieron consejos sobre los beneficios del ejercicio físico para la salud. Las que participaron en el programa de entrenamiento, realizaron tres sesiones semanales de 60 minutos cada una, dos en agua (en piscinas de agua caliente a una temperatura aproximada de 32ºC) y una sesión en seco.
Al final se evaluó nuevamente a ambos grupos, comprobando que las mujeres que completaron las sesiones de entrenamiento habían sentido una mayor mejoría en el dolor, la capacidad física y la calidad de vida.
Uno de los autores del estudio, explicó que el ejercicio en piscinas de agua caliente favorece especialmente a los pacientes de fibromialgia, porque la temperatura del agua ayuda a subir la temperatura corporal del paciente y colabora para que el dolor se sienta menos, lo que les permite realizar más movimientos y mejora su bienestar general.
Estudio publicado en: Journal of Clinical and Experimental Rheumatology
Párrafos de: Mayo Clinic, kaenz.com
Comentarios
Publicar un comentario