El término 'catastrofismo' (las personas que lo padecen presentan un peor manejo del dolor ya que aumenta la intensidad y la sensibilidad hacia éste) está estrechamente relacionado con la ansiedad, exageración, tendencia pesimista y sus efectos sobre las capacidades humanas que abarcan los procesos conscientes e inconscientes.
Se trata de permanecer pensando constantemente en la peor de las situaciones o de centrarse en un terrible resultado de una situación potencialmente mortal (una catástrofe), que te hace sentir vulnerable y con miedo.
Esta manera de sentir el dolor tiende a exagerar las sensaciones físicas en el cuerpo, lo que lleva a muchas personas a describir el dolor como 'intolerable'.
Mientras hay dolor, hay una buena probabilidad de pánico, por lo que la tendencia catastrofista, puede tener un efecto grave y permanente, si se vive con un trastorno de dolor crónico, como la fibromialgia.
Las causas de lo insoportable del dolor en la fibromialgia
Dado que el dolor y las descripciones de dolor son generalmente individuales, puede ser difícil precisar una causa, la gravedad y la mejor manera de superar la intolerancia dolor.
El primer paso es localizar el origen del impulso de dolor, que deriva en exageración y en lo que puede estar en riesgo:
1- La depresión y la ansiedad.
Estas condiciones emocionales, que son comunes en la fibromialgia, inspiran pensamientos negativos que pueden disparar el dolor fuera de control. El catastrofismo es una expresión de ansiedad severa, es casi seguro que se produce en los pacientes que ya luchan con algo de ansiedad o problemas depresivos.
2- Personalidad.
Las personas que luchan contra la neurosis -tendencia a permanecer en un estado emocional negativo, durante largos períodos de tiempo- pueden ser propensos al catastrofismo, al igual que las personas que tienden a preocuparse mucho y que carecen de confianza en las habilidades para la resolución de problemas. Los estudios también han demostrado que las creencias personales de la persona sobre el dolor, pueden afectar el alcance de su reacción al mismo.
3- Desencadenantes de la situación.
Si bien algunas personas pueden estar dispuestas de forma natural al dolor catastrofista, ciertas situaciones pueden también contribuir a esta reacción extrema. Las situaciones sociales o circunstancias que causan más dolor, puede conducir a una reacción extremadamente negativa, incluso en personas que no son propensas a las respuestas de ansiedad a situaciones ambientales.
Los procesos emocionales y psicológicos detrás de dolor catastrofista, pueden complicar el tratamiento de la fibromialgia, ya que representa el estrés de tanta incomodidad física entre los pacientes. Si no puede disipar la preocupación, el estrés, miedo o pensamientos negativos, los enfoques tradicionales para el alivio del dolor podrían llegar a ser incluso menos eficaces.
Aunque los productos farmacéuticos podrían ser capaces de proporcionar algún alivio, el tratamiento para el dolor penoso, desagradable debe abordar más que las causas físicas.
4- Dado que el trastorno también se basa en la personalidad y situaciones desencadenantes, la terapia de comportamiento cognitivo podría ser un mejor enfoque para el tratamiento:
Compartir estrategias de supervivencia en sesiones de grupo, puede ser indispensable para el tratamiento del dolor catastrofista. Aprender a controlar sus sentimientos en un ambiente de apoyo, le puede dar un impulso de confianza, y la tranquilidad que necesita para suprimir las emociones negativas perjudiciales.
5- La terapia de exposición.
Exponer al paciente a la amenaza o la tarea que más temen, puede ser un proceso difícil, pero muy útil. Varias veces, las representaciones visuales de la actividad temida, con el tiempo pueden reducir su dolor catastrofista, su mente se adapta a la situación. El objetivo es disminuir o eliminar su miedo a la actividad o a su consecuencia, para que pueda evitar más fácilmente la angustia emocional severa en su vida diaria.
La fibromialgia es todavía uno de los más misteriosos trastornos de dolor crónico, pero estudios recientes han descubierto algunas conexiones importantes entre el cerebro, el cuerpo y las sensaciones dolorosas.
El elemento psicológico de la enfermedad puede ser difícil de tratar, pero si se puede aprender a mejorar sus reacciones emocionales, y controlar su comportamiento, su mente puede ser uno de sus aliados más eficaces en su lucha contra el dolor crónico.
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