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Los ruidos, sonidos, música a volumen alto, ¿te enfurecen, te fastidian?. ¿Por qué?


¿Te estresas cuando oyes los sonidos de alguien masticando o

respirando?. 

Hay estudios de exploración cerebral que explican por qué te sucede esto. 

Se trata de una condición conocida como misofonía, que es mucho más que ser

sensible a ruidos como el que produce un tenedor raspando un plato. 

Científicos han demostrado que el cerebro de algunas personas, está

programado para producir una respuesta emocional ‘excesiva’ ante

ciertos estímulos auditivos.




A veces, los sonidos que desencadenan la reacción son los de alguien respirando, comiendo y algunos crujidos. ‘Una persona que coma papas fritas siempre te va a molestar, el crujido de la bolsa es suficiente para desatar una reacción desagradable’. Inmediatamente piensas ‘¿qué es ese sonido?’. Necesitamos irnos o detenerlo.   

Podemos pasar mucho tiempo evitando lugares ruidosos y tener que cambiar de vagón siete u ocho veces en viajes de tren de 30 minutos. Tener que renunciar a un trabajo a los pocos meses, por pasar más tiempo llorando y teniendo ataques de pánico que trabajando.

Mecanismos de manejo

Algunas personas intentan enmascarar los ruidos detonantes de la fobia con música, otras personas simplemente los intentan evitar. Dependiendo de la gravedad de la misofonía, las consecuencias pueden llegar a ser muy serias. El paciente deja de tener relaciones personales, de involucrarse en actividades sociales e incluso puede llegar a abandonar el hogar.

Todavía no está claro cuán común es el trastorno, ya que no hay una forma clara de diagnosticarlo y ha sido descubierto recientemente. En última instancia, los investigadores esperan que comprender las diferencias que sufren los cerebros misofónicos y esto permitirá diseñar tratamientos.  

Científicos de múltiples centros en el Reino Unido escanearon los cerebros de 20 personas misofónicas y a 22 personas sin la condición. Se les expuso a una variedad de ruidos mientras estaban en la máquina de resonancia magnética, como la lluvia, gritos y los sonidos que molestaban a cada uno de los voluntarios. Los resultados publicados en la revista Current Biology, revelaron que la parte del cerebro que une nuestros sentidos con nuestras emociones, la corteza insular anterior, mostraba demasiada actividad en los casos de misofonía. Y esta zona estaba configurada y conectada a otras partes del cerebro de manera diferente en los pacientes con la anomalía.  

La misofonía o sensibilidad al ruido se manifiesta cuando sonidos a los que la mayoría de personas se han habituado y no les prestan demasiada atención porque no son significativos, desencadenan una intensa reacción en las personas que padecen misofonía, como si se tratara realmente de algo amenazante o peligroso.   La hiperacusia y la misofonía son trastornos relacionados con una ‘disminución de la tolerancia al sonido’. Pero, la hiperacusia es una afección en la que los sonidos se perciben de forma insoportablemente alta, mientras que en la misofonía son los sonidos repetitivos o patrones de sonido, lo que los hace intolerables.

Los expertos no saben exactamente por qué ocurre la hiperacusia, las teorías incluyen un mal funcionamiento de los mecanismos auditivos de protección del oído, daños en una parte del nervio auditivo, un problema con el sistema de procesamiento central o un mal funcionamiento del nervio facial.  

La misofonía es un trastorno neurológico en el que los estímulos auditivos y en ocasiones visuales, son malinterpretados por el sistema nervioso central. La misofonía y sus causas, siguen siendo prácticamente un misterio.  

¿Cómo se trata la misofonía?

En la actualidad, no existe ningún tratamiento o cura para la misofonía.  No obstante, el médico puede recomendar distintos tipos de terapias para poder sobrellevarlo.  Asimismo, hablar acerca del problema que se padece puede ser de gran ayuda. La terapia conductual suele ayudar a manejar el problema. Puede ser de ayuda practicar técnicas de relajación, como meditación o yoga. Limitar el consumo de alcohol, cafeína y sustancias que alteren los sentidos.

Tratamiento de la hiperacusia:

La mayoría de los casos de hiperacusia hoy en día se tratan con terapias de ruido de banda ancha y ruido rosa (en YouTube se puede encontrar). La terapia de re-entrenamiento para tinnitus también es usada para tratar la hiperacusia.

El tratamiento de este trastorno, consiste en reestablecer la tolerancia del oído frente a los sonidos. Por ello, conseguir resultados implica un gran compromiso por parte del paciente, quien tiene que cumplir con las rutinas establecidas por el otorrinolaringólogo.    

Párr. de: hear-it.org, institutoorl-iom.com

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