Síndrome de piernas inquietas.
Es un trastorno caracterizado por una sensación imperiosa y desesperante de mover las piernas.
Ocurre durante la noche lo que impide relajarse, conciliar el sueño y descansar.
Qué es:
El síndrome de las piernas inquietas es una afección que causa una urgencia incontrolable de mover las piernas, generalmente debido a una sensación de incomodidad, malestar y fastidio. Suele ocurrir a la tarde o la noche cuando estás sentado o acostado. Caminar alivia temporalmente la sensación desagradable.
Puede comenzar a cualquier edad y generalmente empeora con el paso del tiempo. Impide relajarse, dormirse e interrumpe el sueño lo que interfiere en las actividades diarias.
A quién afecta?
El síndrome de las piernas inquietas es un síndrome relativamente frecuente. Se calcula que afecta aproximadamente hasta el 15% de la población general. Su frecuencia aumenta con la edad y es más frecuente en personas de más de 50 años especialmente en los ancianos, pero puede comenzar mucho antes, a cualquier edad.
Cuáles son las causas:
El origen de esta enfermedad no se conoce hoy en día. Sin embargo puede existir un componente de predisposición genética, ya que al menos una tercera parte de los pacientes tiene antecedentes familiares. Por otra parte se cree que el origen de este síndrome pueda guardar relación con un descenso de la dopamina, que es un neurotransmisor cerebral necesario para la realización y coordinación de movimientos.
Cuáles son los síntomas:
Probablemente estemos ante un síndrome más frecuente de lo que se cree ya que muchas veces las personas piensan que solo se trata de algún espasmo o un simple malestar y por lo tanto no buscan el tratamiento apropiado (en realidad no se parece ni mínimamente a un espasmo o calambre). Esencialmente consiste en una serie de molestias, se siente fuego en los pies, pero al tocarlos no están calientes, sensaciones desagradables, difíciles de describir, consistentes en movimientos, contracciones bruscas, que aparecen de modo regular en las piernas, de la rodilla para abajo durante la tarde y noche, luego de alrededor de las 19 hs. y persisten hasta los 2 de la mañana (sin tratamiento).
Estas molestias mejoran transitoriamente con la realización de movimientos, caminando, lo que secundariamente produce micro despertares que fragmentan y desestructuran el sueño, dando como resultado una somnolencia diurna excesiva. El malestar del paciente y la pérdida secundaria de sueño pueden ser importantes, pudiendo presentar durante el día dolor y nerviosismo en las piernas, al estar en reposo (No se consigue posición cómoda, las piernas están como si tuvieran vida propia, sumamente desagradable).
Cómo se diagnostica:
El diagnóstico lo realiza un Neurólogo y requiere la presencia de cuatro elementos básicos:
Necesidad imperiosa de mover las piernas, generalmente asociado a Parestesias, el entumecimiento y hormigueo son sensaciones anormales, que se pueden producir en cualquier parte del cuerpo, pero son más usuales en las manos, pies, brazos y piernas. Este fenómeno puede recibir otros nombres, como: pérdida de sensibilidad, pérdida de las sensaciones, sensación de hormigueo y entumecimiento, adormecimiento o ardor (fuego) o pérdida de la sensibilidad superficial y profunda (te pican mosquitos y no lo sientes). El aumento de los síntomas con el descanso y el alivio con la actividad. Inquietud motora (necesidad desesperante de mover las piernas). Empeoramiento nocturno de los síntomas. La realización de un estudio del sueño (estudio polisomnográfico) es capaz de poner de manifiesto este síndrome. Todos los síntomas del síndrome de piernas inquietas se multiplican terriblemente en el embarazo.
El tratamiento implica la corrección de una deficiencia de hierro, si la hubiera, gabapentina enacarbil y los medicamentos citados a continuación:
Parece que el descenso de la liberación de la dopamina esté implicado como motivo del comienzo de este síndrome, la dopamina (como pergolida y carbidopa, levodopa, pramipexol) medicamentos comunes para el tratamiento de la enfermedad de Parkinson, se recetan en Neurología a pacientes con síndrome de piernas inquietas, con excelentes resultados. Otras alternativas recetadas son, amitriptilina, carbamazepina.
Las benzodiacepinas, por ejemplo Valium, administradas antes de acostarse previenen el despertar frecuente, pero no los movimientos nocturnos y el horrible malestar en las piernas.
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